Nuestra trinchera es vuestra trinchera
Aquel que nos conoce por primera vez, sospecha. Y es normal. Ve un sindicato al que no le importan las horas sindicales, que cambia las figuras de líderes y dirigentes por la de portavoces o representantes, que pone en sus bases la toma de decisiones que a veces resultan contrarias a la voluntad de esos mismos representantes, que no tiene liberados ni los va a tener. No puede ser, dicen. Estos del STS-C son humo.