Rodolfito II: Un silencio que pasa factura

¡Cómo pasa el tiempo! La primera vez que oímos hablar de Rodolfito fue hace siete meses en esta entrada. Rodolfito se ha cortado. No ha tenido más remedio, pero sigue ahí, algo más calladito, y aunque se le ha controlado, sigue haciendo el poco daño que Securitas le deja.

Y esto pasa porque, aunque muy mermadas, su actitud chulesca y su nula capacidad de mando siguen haciendo daño a compañeras y compañeros que se llevan la peor parte de su mala autogestión de las frustraciones.

Pero no le señalemos solamente a él. El tipo de ser humano del que estamos hablando ya los sabemos de sobras y lo analizamos en profundidad aquí y en el resto de entradas de este blog dedicadas a acosadores y demás plagas laborales.

Aún así, si lo pensáis bien os daréis cuenta de que Rodolfito no es el único culpable. Las actitudes mostradas por este tipo de personajes son alentadas desde la gerencia de Securitas. Este tipo de comportamientos despóticos emanan de arriba a abajo y no al revés. Rodolfito no es más que el subproducto de una gerencia miserable que trata a los/las VS como trozos de carne, como pequeñas fábricas de billetes para engrosar las cuentas de los accionistas de esta empresa.

Por último, miraos a vosotros/as mismos/as y decidid:

• Si alguna vez decís “no voy a hacer un informe, no quiero problemas” estáis alimentando el problema.
• Si, después de presenciar un maltrato, calláis en vez de actuar, estáis echando leña al fuego.
• Si elegís ser neutrales al presenciar una injusticia, os ponéis del lado del maltratador.
• Si pensáis que “esta vez pasa, pero la siguiente denunciaré”, estáis provocando que esa siguiente vez se produzca un abuso mucho peor.

Porque aunque este maltrato hoy no vaya con vosotros, llegará un día en el que sí lo hará. Varios compañeros nos han contado ya lo que se arrepienten de no haber querido firmar un informe cuando fue el momento.

Entendemos el miedo. Nadie escapa a él por muy valiente que pretenda ser. Pero seamos prácticos. Si veis acoso, denunciadlo. Si veis vejaciones, señaladlas. Si veis injusticias, detenedlas.

NO ESTÁIS SOL@S, ESTAMOS CON VOSOTR@S

Porque si hay algo que demuestra la lucha sindical es que hablar puede salir caro, pero el silencio pasa siempre una factura mayor.

Salud.