Autodefensa (I): La notificación fehaciente
En esta nueva serie de artículos tenemos pensado informaros de cómo proteger vuestros derechos adelantándoos a la empresa para que no os pillen con sus trucos de mal pagador. Hoy hablamos de la comunicación fehaciente.
Para que una notificación sea fehaciente tenemos que poder certificar de forma clara lo siguiente:
- Identidad del emisor y del receptor.
- El contenido de la comunicación.
- La fecha de la comunicación.
¿Y cuáles son los métodos de comunicación fehaciente existentes?
- El burofax con certificación de contenido es el líder indiscutido en esta categoría, pero vale aproximadamente unos cuarenta euros.
- Que la empresa te recepcione y te selle la comunicación, en la que deben constar los tres datos indicados anteriormente. Debes entregar dos copias, entregar una y la otra llevártela sellada.
- En caso de reclamaciones de cantidad, presentar directamente papeleta de conciliación.
Por tanto, cuáles son los métodos "no tan válidos" o directamente inservibles?
- El FAX no es válido, puesto que, a día de hoy, el "report" es fácilmente falsificable.
- Por la misma causa, el e-mail no es válido. Puedes enviar mails fàcilmente desde páginas como ésta falsificando el remitente. Si te responden al mail, tienes más posibilidad de conseguir que pase como válido, pero te metes en un jardín.
- Aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram podrían considerarse como válidas, pero resultan vulnerables a impugnaciones.
Si no notificamos de forma fehaciente, la empresa siempre puede impugnar esa comunicación. Es decir, puede afirmar que dicha notificación no ha existido, convirtiendo una causa sencilla en un laberinto jurídico. Y ésto es porque si esta impugnación se produce, hecho que ocurre en un número considerable de casos, será necesario acudir a pruebas periciales, como el informe de un ingeniero informático, que certificará el origen y la no alteración del contenido de la comunicación electrónica en cuestión.
Es decir, lo mejor es tirar por las primeras opciones. Un proceso judicial puede ser ya lo bastante largo y extenuante como para complicarlo por no haber enviado una notificación fehaciente. Máxime teniendo en cuenta que puedes perderlo a causa de este detalle que tan poco cuesta cuidar.
Salud.
Comentarios
Publicar un comentario