Vigilantes de Seguridad: Sois del STS-C, aunque no lo sepáis.
Por causas evolutivas, nuestra mente tiene tendencia a clasificarlo todo. Personas, colores, opciones políticas. Eres de derechas o de izquierdas, del Madrid, Barça o del san Adrián, de los rojos o los azules, unionista o indepe. De Ferrari o de MacLaren. De los míos o de los otros.
Y es que el sentimiento de pertenencia a un grupo que está por encima de los demás, cuyo color de pelo, credo, idioma o afinidad personal piensas que te hace distinto, ayuda a nuestras mentes a simplificar el mundo, a conocer nuestro lugar en él e incluso a reconocernos a nosotros mismos.
Securitas, como buena multinacional cuya principal ocupación es sacar tajada del trabajo ajeno (es decir, de sus empleados) conoce esta tendencia de los humanos a formar grupos, así que ha creado su élite particular, con un batiburrillo extraño, compuesto por "los hombres de Sancho" (considerados como la élite solamente por aquellos mandos intermedios que destilan mediocridad por los poros), algunos caneros (con honrosas excepciones), UGT como sindicato de empresa y ADN como... Bueno, como "a nosotros no nos deis mucha faena que hoy no estamos de humor para esto de la lucha obrera". Les llevan a tomar café, les dan horarios algo mejores y convierten su vida en un festival de palmadas en la espalda, sonrisas de jefe y veladas amenazas de pérdida de estatus si se mueven más de la cuenta.
A cambio de esas migajas, los hombres de Sancho solamente tienen que hacer una cosa muy sencilla:
RENUNCIAR A TODOS SUS DERECHOS LABORALES
Securitas hace bien su trabajo. Su Matrix funciona como un reloj. El miedo y la indignidad laboral campan a sus anchas en el servicio del Metro de Barcelona. Pero están saliendo excepciones, y cada vez son más.
De vez en cuando un cuadrante, una llamada, un WhatsApp, unas condiciones inhumanas o una nómina sacan a una compañera o compañero de su letargo y éstas/os empiezan a echar cuentas.
En ese momento, esas Vigilantes se preguntan porqué la empresa ha puesto camisetas térmicas en Boixeres y porqué las personas que trabajan allí ya no sufren hipotermias.
Y alguien les dice que hay un grupo de salvajes terroristas anarco-bolcheviques comedores de niños que se llaman STS-C y que ni se acerque a ell@s, porque obligaron a la pobre empresa a poner esas camisetas térmicas.
Y luego ven que ahora las compañeras y compañeros de la CAE tienen 30 minutos de descanso, cuando hace un año no era así y le vuelven a hablar de los terroristas del STS-C.
Cuando recibe formación específica y material adecuado para la recogida de jeringuillas, también salen esta gente y sus denuncias. Sus horribles denuncias que rompen la convivencia.
Cuando la empresa se ve obligada a establecer descansos para paliar el estrés térmico, vuelven a tener la culpa los anarcosindicalistas locos que son más malos que la tiña.
Cuando ven a compañeros que consiguen pasar la nochebuena en casa cuando en su cuadrante les obligaban a trabajar, también. También ahí oyen que los de la bandera rojinegra han sido los culpables.
Por tanto, compañer@, haz como estas personas y piénsalo bien. Piensa de qué lado estás.
Si lo que quieres son medidas de protección, terminar con las injusticias, comerte las uvas en casa. Si quieres que se te respete como persona y como trabajador/a, eres del STS-C.
Eres del STS-C porque sabes que, ante las empresas, es mejor ganarse un derecho que suplicar un favor.
Eres del STS-C si quieres comprobar que el poder lo tienes tú, trabajador/a. Porque si tú te levantas, este sector tan desmovilizado puede plantarle cara a la empresa, como ya se ha demostrado
Eres del STS-C si crees que nadie nace esclavo.
Eres del STS-C si no te limitas a quejarte de nuestra falta de movilización, sino que estás dispuesto/a a ponerle remedio.
Eres del STS-C si sabes que nosotr@s damos de comer a las empresas y no al revés.
Darle la vuelta a la tortilla está en tu mano. Si no formas parte de la lucha, formas parte de la derrota.
La explotación se terminará. Y, lo mejor de todo, tú puedes contribuir a ello.
Salud
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